domingo, 21 de diciembre de 2014

Sí, Acepto...

Un beso más, y luego Leonardo se fue, sin decir palabra alguna...

Mayté por su parte, estaba un tanto atónita, desconcertada, inmóvil, presa del pánico y del miedo; ¿sólo fue eso?, ¿la cita sólo fue para eso?, para que su Leo, la tomara entre sus brazos, la besara le dijera un par de cosas y luego se fuera... Mayté realmente no salía de su asombro, no supo cómo responder cuando Leonardo se le acercó, sólo se dejó llevar, no le interesó si los veían o no, ni siquiera le interesó que quien lo había llevado en el taxi, era amigo de su futuro esposo... pasaron unos minutos desde que Leonardo se desapareció entre la gente de la plaza, para que Mayté reaccionara, tocó sus labios, lágrimas brotaron de sus ojos, las mismas que limpio rápidamente, volvió a subir al taxi y se regresó a casa; en el camino, pidió al chofer que por favor no le contara nada a Marcos, que aquello que vio no fue nada, que ella no tenía ni la mínima idea de lo que pasaría, que ella sólo amaba a su amigo. 

¿Que ella sólo amaba a Marcos?, bueno al menos eso era lo que ella pensaba; durante el retorno a su casa, no dejaba de pensar en esa escena, y se preguntaba ¿a quién realmente amo? ¿Qué es lo que quiero? ¿Qué puedo hacer? se preguntaba una y otra vez... 

Mayté llegó a casa, su mamá la estaba esperando con el vestido y el maquillaje, ya sólo quedaban horas para que se presente a la iglesia, los nervios la volvieron a invadir, ahora con más fuerzas... tenía ganas de hablar, de gritar, de contar a quien sea lo que le acababa de pasar, pero nadie absolutamente nadie, ni siquiera su mejor amiga, la dama de honor; le prestaba ni la más mínima atención; todos discutían de ¿cómo ella tenía que lucir?, de ¿cómo tenía que caminar, hablar, reír e incluso llorar? de ¿qué tenía que decir? ¿Qué tendría que hacer en la noche de bodas? y un sin número de cosas, pero nadie absolutamente nadie se tomó la molestia de preguntarle ¿cómo estás? ¿Quieres ir? ¿Estas segura?... para Mayté en ese entonces, los nervios se convirtieron en utopía; en fin el tiempo corrió y llegó la hora de partir, de ir a la Iglesia, donde todos y todas la esperaban, cual protagonista de cualquier novela romántica. Los primeros en partir fueron su familia, sus damas y pajes de honor, y después de unos 20 minutos, ella junto a su padre salieron también.

Al llegar Mayté a la iglesia, ya todos/as estaban adentro, ya el cortejo nupcial había hecho su ingreso, su camino ya estaba lleno de pétalos de rosa; al entrar Mayté vio que la iglesia estaba abarrotada de gente; amigos, amigas, compañeros/as de trabajo, promociones de estudios, familiares; todos/as conocidos/as, que iban saludando a Mayté conforme ella, al ritmo de la marcha nupcial, se acercaba al altar; una sonrisa se dibujaba en su rostro, extendía su mano para saludar y caminar de la forma que en casa le habían enseñado; todo iba bien, ya solo quedaban dos filas para llegar, cuando de pronto Mayté vio que entre tanta gente estaba ¿su Leo?, Sí, Leonardo, estaba allí en medio de tanta gente, ¿tal vez esa era su estrategia? ¿Intentará impedir la boda?... ahora sí la utopía regresó a ser nervios; nadie se dio cuenta de ese desliz, nadie se percató de lo que estaba pasando...

La ceremonia inició, el Padre leyó los pasajes clásico sobre el matrimonio, su pasaje se centró en 1 Corintios 13; <<...el amor es sufrido, no es jactancioso, no busca envidia...>> ¿el amor es sufrido? se preguntaba Mayté, ¿qué significa sufrido? ¿Sacrificio tal vez?... todo fue lindo, el coro, la meditación, todo... de manera que el momento esperado por todos/as llegó, entonces el Padre, pidió a los novios mirarse frente a frente, y peguntó:

-Marcos, ¿aceptas a Mayté como tu legítima esposa, y prometes amarla y honrarla siempre?
-Sí, acepto- respondía Marcos
-y tu Mayté, ¿aceptas a Marcos como tu legítimo esposo, y prometes amarlo y honrarlo siempre?
Mayté, miró hacia el público, estaba asustada, se notaba en su rostro; miraba y miraba; no había respuesta alguna, la iglesia se quedó en completo silencio; el Padre volvió a preguntar, pero ella seguía mirando al público, estaba buscando a su Leo, pero no lo encontraba; la desesperación ya se hacía notar, el Padre mencionó que haría la misma pregunta por tercera y última vez; y de pronto Mayté lo encontró, ahí estaba Leo, sentado en la segunda fila de bancas ubicadas frente a ella, él la miró fijamente a los ojos y ella hizo lo mismo, y sin quitar la mirada de sus ojos, respondió -Sí, acepto- y nuevamente la lágrimas invadieron sus ojos...

Hicieron el intercambio de aros, los aplausos no se hicieron esperar, y de pronto un coro empezó a escucharse... <<¡beso! ¡beso! ¡beso!...>> sí, todos pedían beso, pero Mayté no quitaba los ojos de su Leo, al punto tal que cuando Marcos se le acerco, ella se negó; luego Mayté tuvo que voltear hacia el altar para recibir las bendiciones finales; la ceremonia culminó, voltearon los dos, los ahora ya esposos, empezaron a salir en medio de tanto aplausos; Mayté volvió a buscar a su Leo, pero éste otra vez desapareció, así ella fue saliendo de la iglesia, buscándolo pero no lo encontraba, al salir de la iglesia, vio a su Leo, subir en un taxi y partir...



jueves, 20 de noviembre de 2014

Decepción


...fue entonces cuando Leonardo, tomó de la mano a Mayte, la miro fijamente a los ojos, y con lágrimas desbordando por los de él, le dijo:
- Pense que alejandome de tí, dejándote de hablar o de mirarte sería feliz, ahora te reencuentro una vez más los sentimientos vuelven a mi corazón, pero le duele pensar que una vez más te perdí, y, creo que esta vez si no es para siempre al menos será por un largo espacio-
ella beso su labios y temblorosa le dijo:
- quisiera correr y pararme bajo la lluvia y bailar con ella y así con cada gota que cae, poder disfrazar mis lágrinas que caen sin parar cuando pienso que debo dejarte; si tan solo hubieses insitido un poquito más, si tan solo hubiese luchado una batalla más; ahora lloraríamos de felicidad-...
"Virgen después de Todo"