Leonardo estaba extaciado, no lo podía creer; parecía que era un sueño, jamás en su vida pensó que aquella noche, luego de más de dos años de un silencia prolongado entre los dos, volvería a sentir los labios de su amada; más aún estando ella casada y él a punto de comprometerse. Pero lo hizo, Mayté lo beso sin el más mínimo remordimiento, lo beso sin fingirlo, lo beso porque así lo deseaba, lo beso porque ella también lo extrañaba, lo beso y se marcho; dejando a Leonardo embobado, sin poder reaccionar frente a esa escena...
Pasaron unos días, y Leonardo seguía pensando en aquella noche, seguía pensando en que si fue verdad aquello; pensaba en que si esa era una nueva señal para reintentar una vez más, iniciar una historia junto a su amada Mayté; pensaba en que ahora por fin Mayté estaba dispuesta a dejar a Marcos; pensaba en que lo mejor sería dejar a Luz, su actual prometida, y no seguir embarrándose en este fango de mentiras y de supuestos amores.
Leonardo se volvió a reenamorar, que quien hasta ahora fue, es y será su único amor; entonces, con ánimos de convencerse sobre lo sucedido, decidió buscar nuevamente a Mayté, buscarla en medio de esa gran ciudad, que apenas estaba conociendo, sin embargo no tuvo éxito; las cosas con Luz empezaron a ir de picada, ya casi no le interesaba, ni mucho menos le preocupaba los preparativos de su boda. Mayté por su parte, estaba en un situación similar, para ella Marcos, dejó de ser esa persona con quien, en su momento, intentó olvidar a Leonardo; y muy por el contrario decidió hacer algo más atrevido, empezó a escribir a Leonardo, le enviaba mensanjes de texto, chats al whastapp y al facebook; Leonardo, claro los recibía, pero no quería responder porque quería que aquellas cosas que Mayté le escribía, se las dijera mirándole frente a frente...
-no debí haber ido, no lo debí haber besado ¿qué me pasó? ¿cómo lo hice si estoy casada?, ahora, ¿qué estará pensando Leonardo?- eran algunas de las preguntas que rondaban a diario por la cabeza de Mayté.
Ya habían pasado 2 semanas desde que Mayté y Leonardo se reencontraron; dos semanas en la que Mayté no dejaba de intentar comunicarse con Leonardo, y en la que Leonardo no dejaba de buscar a Mayté.
Pero, todo tiene un límite, y, en esta ocasión, quien llegó a su limite fue Mayté; a quien le molestaba en sobremanera que Leonardo no responda a sus mensajes y tampoco quiera contestar sus llamadas; entonces, Mayté decidió escribirle este último mensaje a Leonardo, talvéz así responda.
De que me Sirve
De qué me sirve escribir
si no lees lo que escribo
de qué me sirve cantarte
si ni siquiera me oyes.
De qué me sirve pintar
si ni siquiera te atreves a mirar
de qué me sirve declararte mi amor
si tú con otra estas
No me sirve en lo absoluto
amarte con pasión
si tú piensas que lo mejor
es estar separados
No me sirve de nada
dedicarle tanto tiempo
a esta historia, si al final de cuentas
el protagonista no está
No me sirve de nada,
no me sirve en lo absoluto...