sábado, 13 de marzo de 2021

Mariposas y Unicornios

Un viejo, no sé si conocido, pero, un viejo salmo decía, “cría unicornios y se convertirán en tus mejores amigos, sí, mejores que las mariposas, los perros, los gatos o cualquier otra mascota que puedas tener”.

Como les dije hace un instante, ¿no sé si alguna vez escuchaste o leíste este salmo?, ojo, no está escrito en la Biblia, y tampoco en los libros de cuentos de hadas, no. Este es un salmo peculiar, se pasa de boca en boca, y seguirá así, hasta que alguien se atreva a documentarlo. Tampoco sé, ¿cuántas generaciones la escucharon?, pero, un día cualquiera, me lo dijeron. Al principio, no le había dado tanta importancia, pues, como es obvio, no es posible hacer comparaciones entre seres mitológicos con seres reales, al menos, es así como yo pensaba antes de escuchar este salmo y antes de tener experiencias reales y cercanas con ambos.


A mi en lo particular las mariposas no tanto me gustan, siento que son pequeños animalitos hermosos, sí, pero, condenados a una muerte casi instantánea, creo que a las justas y viven uno o dos días. Y vaya que he tenido experiencias con mariposas, sobre todo cuando viajaba muy seguido; recuerdo que más una vez, en medio de esos tantos viajes, me he topado con cientos de ellas. Me acuerdo, por ejemplo, cuando visité San Pablo en la provincia de Bellavista, en el camino me encontré con miles y miles de mariposas blancas a ambos lados de la carretera; ese era un paisaje bello y cruel al mismo tiempo, porque, conforme el carro avanzaba, estas morían o aplastadas por sus llantas o en los parabrisas. 

Otra experiencia cercana, fue cuando fui a Sauce en la provincia de San Martín, en aquel viaje, me encontré con una mariposa que no dejaba de seguirme, hasta que le tomé una foto; cuando la mariposa vió que saqué la cámara, vino y posó frente a ella, sintió el flash, revoloteó un poco más y, se fue; creo que era de color amarillo con negro, y digo creo, porque, según las malas lenguas, dicen que soy daltónico, aunque, en mi defensa, diré que en realidad, nosé diferenciar los colores, y eso es algo más que el daltonismo como tal. Es justamente por esta razón, que las mariposas no casi son de mi agrado; porque, pueden ser muy bellas y coloridas y todo; y yo, yo sólo podré fotografiarlas y mostrarte mis fotos, pero, jamás, podré identificar bien sus colores. 


Por otro lado, ¿sabían que tengo un unicornio en casa?, y no me refiero a un peluche o un juguete o algo que se le parezca, no, me refiero a uno real, a uno de carne y hueso; y pues, esta es mi otra experiencia extrema, de la cual me gustaría contarles. 

Resulta que mi hija ama en sobre masía a los unicornios, sí, los ama un montón; su dibujo preferido tiene a un unicornio como protagonista, su vestido preferido es de unicornio, sus cuadernos tienen como portada a un unicornio; todo es de unicornio. 


Un día, mientras mirábamos tele, nos salió una oferta exclusiva; ¿qué creen? estaban vendiendo unicornios bebes a un buen precio, mi hija vió la publicidad y me pidió le comprase uno; al principio no quería hacerlo, porque nuestra huerta es pequeña, pero, luego averiguamos un poco más, y vimos que no era necesario tenga un espacio amplio y que podía comer cosas fáciles de conseguir; entonces, rompimos nuestros chanchos y, nos compramos el unicornio. 


Sí, ya sé que tú estás diciendo “este pata está loco, no tiene un unicornio, porque los unicornios no existen”; pero créeme, son reales, tan reales como tú, y te lo diré yo, que tengo uno en mi huerta. Allí está ese animal, muy pintoresco el; creo que es de color celeste (acuérdate que soy “daltónico”); con su único cuerno en la cabeza, que a veces le brilla y otras veces te asusta; tiene unos dientes que son medio blancos, un poco muelón el condenado; y un cola atercipelada, en un tono más oscura que su piel. Son los días de lluvia, los que más le agradan pues, sabe que cuando pare de llover, podrá ver el arcoiris salir y así, recordará a su familia y a su lugar de origen. 


Aunque come de todo, a veces se pone un poco exquisito con su dieta, sí, muy exquisito, tan exquisito, que prefiere las carnes rojas antes que el inguiri; puede que ello sea un poco raro, porque, ¿cómo un cuadrúpedo puede querer comer carnes rojas? ¿cómo? ¿en qué cabeza podemos decir que ello es posible?, pero lo es. Se ha convertido en nuestra mascota preferida.


Ahora que lo veo, y que lo vivo, es decir, ahora que tengo un unicornio en medio de mi huerto; y, recordando ese viejo y poco conocido salmo, puedo decir que sí, que los unicornios son los mejores amigos, no sé si para tí lo sea, tendrías que comprobarlo, pero, para mi hija y para mi, sí lo es. Es nuestro mejor amigo y es mejor que las coloridas mariposas.

No hay comentarios: